¿CONOCES A? KARINA GRUNWALD

¿CONOCES A? KARINA GRUNWALD

Vecina de la comuna de Lo Barnechea, desde ese lugar ha podido inspirarse en lo que le gustaría mejorar para sus vecinos, pero además, desde su óptica, conoce en primera persona lo que es vivir con una discapacidad. Karina es una de nuestras #LíderesDescomunales para transformarse en una futura concejala Evópoli.

Nombre completo: Andrea Karina Grunwald Berant
Apodo: Karina
Edad: 51 años
Profesión: Traductora
Lo que más me gusta de Chile: Su maravillosa y variada geografía, su gente esforzada y la solidaridad y la unión que se produce no solo ante la adversidad.
Lo que más me gusta de mi región: Su diversidad de paisajes y personas, su rica vida cultural y su constante transformación.
Cómo enfrento los desafíos en la vida: Con fortaleza, seguridad, tesón, buscando lo rescatable e intentando siempre aprender.
Mi mejor recuerdo de infancia: Las lindas vacaciones compartidas en familia.
Mi placer culpable: Los chocolates y la Nutella.
Mi tiempo libre lo dedico a: Informarme, conversar con la gente y compartir con mi familia y amigos.
Me considero una persona: Alegre, fuerte, resiliente y empática.
En tres puntos, mi proyecto como candidata a concejala:
1. Lograr que Lo Barnechea sea una comuna accesible para personas con distintas discapacidades.
2. Ganar la confianza de los vecinos para ser su interlocutora ante la autoridad comunal, buscando formas de resolver sus problemas.
3. Hacer una fuerte campaña de ahorro y conciencia del uso del agua.
Por qué Evópoli es futuro:
Porque es un partido que ve lo positivo en el otro sin importar su color político y que anhela un país más justo para todos, empezando por la infancia.

Karina además de darnos esta entrevista para el boletín quiso compartir con nosotros una carta que escribió donde nos cuenta por qué decidió ser parte de Evópoli y de #LíderesDescomunales:

«Me acerqué a Evópoli el 27 de agosto del año pasado, después de seguirles la pista durante un tiempo y me sentí tan cómoda entre ustedes y con sus ideas y principios, que decidí que quería involucrarme más y colaborar en lo que pudiera. Hoy soy “Líder Descomunal”, lo cual me llena de orgullo.

Chile tenía muchas falencias antes del 18/10, más después de esa fecha, y con la llegada de la pandemia, con la cual se “visibilizaron” y aumentaron catastróficamente y seguirán haciéndolo durante mucho tiempo. Por este motivo, se necesitan personas de todos los ámbitos, motivadas y con vocación por el servicio público.

Ahí entro yo: desde mi casa, en cuarentena y con una Esclerosis Múltiple que padezco desde 1997.
Siempre me ha gustado ayudar. Cuando mi enfermedad aún no dejaba secuelas, me desempeñé como directora de la Corporación Chilena contra la EM. Visitaba a pacientes de sectores marginales en sus casas, conversaba con ellos y les daba ánimo. Redacté y edité la revista Emisario con 1.000 ejemplares, además de organizar reuniones con los socios y de conseguir convenios con distintas prestaciones.

Me pensioné por invalidez el año 2008 y tuve que vivir un fuerte proceso de adaptación a mi nueva realidad mientras criaba a mis dos hijos sola, con todo lo que eso implica, y realizaba muchas terapias. Tengo la suerte de contar con una tremenda red de apoyo que se ha ido gestando y acrecentando a lo largo de mi vida. Pronto comencé a sentir una fuerte necesidad de hacer algo por los demás, por lo que desde hace unos tres años, comencé a visitar pacientes en la Clínica Alemana para desearles una pronta recuperación (siempre se sorprenden al ver que me movilizo en scooter). Sin embargo, esto no era suficiente.

Le solicité a las municipalidades que hicieran rampas por donde yo transitaba, pero quería hacer más para más gente. Evópoli, me abrió la posibilidad de retomar la ayuda social. Sé que existen muchas necesidades para las personas con discapacidad, como también para las personas de escasos recursos y quisiera colaborar activamente. Esto le daría un tremendo sentido adicional a mi vida, pudiendo aportar con mi propia historia de vida, vinculada siempre al tesón, la porfía, la resiliencia.

Hay mucho por hacer y, aunque debido a mi EM hay cosas que me son más difíciles, mis ganas y mi motivación siempre han sido más fuertes que mi discapacidad».


Karina Grunwald

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