Actualmente es el encargado de la oficina de diversidad de la Municipalidad de Providencia, pero Cristián Jiménez es mucho más que el hombre a la cabeza del área que vela por abrir las puertas de la tolerancia y el respeto en la comuna del sector oriente. De profesión periodista, Jiménez es también el presidente de Evópoli en la Región Metropolitana.
Como muchas otras personas que terminan en las filas de nuestro partido, Jiménez llegó a unas de las charlas para nuevos militantes que, en dicha ocasión, fue dada por Luciano Cruz-Coke. Fue la posibilidad de un espacio de derecha liberal, su visión de la economía y la vida privada de las personas lo que le hizo sentido inmediatamente. Por aquel entonces Evópoli era solo un movimiento y él firmó inmediatamente, se integró como consejero y comenzó su camino como militante de base. “Libertad en dos ámbitos: vida de las personas y en la economía. Eso es lo que estaba buscando”, asegura.
Jiménez además cuenta que en Evópoli se siente parte de un buen grupo. “Es un conjunto de personas que busca lo mismo que yo. Que a través de las ideas de la libertad, Chile salga del subdesarrollo y pueda erradicar la pobreza”.
Desde ahí, todo ha sido en torno a realizar actividades y llevar las ideas del partido cada vez más lejos. Lo primero fue ser parte de la comisión de familia y diversidad junto a la Directora de Formación de Horizontal, Valentina Verbal, luego pidió ser parte de la coordinación de Santiago Centro. De esta forma inició las primeras reuniones con nuevos adherentes y simpatizantes. Rápidamente se convirtió en el Secretario General de Evópoli en la Región Metropolitana, tras triunfar en la primera elección de directivas regionales hace más de dos años, en 2016.
¿Qué tal ha sido la experiencia de trabajar con Evelyn Matthei?
Muy buena. Al igual que muchos, solo conocía a Evelyn Matthei por su presencia como figura política relevante. Ella es una mujer muy franca, trabajadora y muy alejada de ese estereotipo que se ha creado de ella en las redes sociales como una mujer agresiva. Es una mujer con su carácter, por supuesto, pero es una persona que sabe formar equipos, que lidera y que tiene una visión muy enriquecedora.
Ahora eres el presidente de Evópoli en la región Metropolitana ¿Cuáles son los próximos desafíos?
El desafío de nuestra directiva es consolidar el partido en cada comuna de la región, levantar muchos líderes locales y que nos vaya bien en las municipales. Vamos a fortalecer las comunas y constituirnos en las que faltan como Recoleta, Quilicura, Peñaflor. Son comunas importantes en donde se tienen que conformar núcleos y relevar dirigentes que lleven el sello Evópoli.
Y tú ¿Cómo te proyectas?
Me proyecto políticamente, me interesa que esto sea un camino para tener mas herramientas y ayudar a más gente. Ya sea desde la Municipalidad de Providencia o desde otro lado.
¿Qué cambios harías?
Cambios sociales. Siguen habiendo esos rasgos de clasismo, sobre los colegios, por ejemplo. Todavía hay avances sociales por hacer. En cuanto a mí, nunca en el partido me preguntaron qué era o no era. Por ejemplo, me sentí muy alegre de las elecciones donde salí presidente regional, fue un espaldarazo emocionante en donde se da una prueba concreta que el partido no le pone barreras a nadie para surgir y desarrollarse, vengas de donde vengas. Yo salí de un liceo público y soy el primer universitario de mi familia. En Evópoli hacemos realidad el principio de «una cancha pareja».
¿Cómo han sido estos primeros meses como presidente de Evópoli en la región Metropolitana?
Un desafío diario, pero al mismo tiempo, demasiado gratificante. Compartir y trabajar con tantas personas que ponen sus talentos, su tiempo, e incluso recursos, para seguir creciendo y llevando nuestro mensaje a tantas personas allá afuera que aún no nos conocen, es de verdad un privilegio. Liderar una Directiva con gente tan camiseteada por el sueño de hacer un mejor país, que salen a la calle a defender nuestras visiones, que son verdaderos embajadores de nuestras ideas, es un lujo. ¡Ha sido un aprendizaje continuo y recién llevamos unos meses!
Tiene 37 años, nació en Chiguayante, estudió periodismo en la Universidad de Viña del Mar y trabajó un tiempo como notero en Televisión Nacional. Estuvo un poco alejado de las comunicaciones trabajando como supervisor de un call center y también cuando vivió en Australia en donde cursó un diplomado en marketing.
Mientras Cristián sigue contando su carrera, en reiteradas ocasiones mientras daba esta entrevista, revisa su celular tras recibir notificaciones de mensajes de Whatsapp. Quien le escribe es su pareja desde hace cuatro años, Francisco Bravo, quien actualmente trabaja en la Secretaría General de Gobierno encabezada por la ministra Cecilia Pérez.
Cristián se sonroja cuando se le pregunta por su vida privada, pero contento cuenta los años que lleva junto a Francisco.
En el contexto de una familia católica practicante y de haber tenido una educación básica en congregaciones religiosas, Cristián reconoce que no fue fácil el proceso de asumirse como un hombre gay. “Hay muchos estereotipos, la sexualidad debía ser de una sola manera y de otra forma era algo desviado. Te hacen sentir que tienes un problema y es difícil salir de esa estructura mental, a no ser que sea conocer otras visiones. Yo me sentía muy culpable, no fue fácil para mi”, confiesa.
¿Cómo fue contarlo?
Llegué a tener un grupo de amigos gay y otro de amigos hétero. Tenía dos mundos separados. Un día me aburrí y les conté. Fue mucho menos drama del que uno espera. Cuando estaba en una relación le conté a mi mamá, estaba aburrido de mentir, mi mamá no merecía eso. Ella se puso a llorar, comenzó a preguntar muchas cosas, lo que al final fue muy bueno. En fin, siempre le abrí la puerta para que preguntara lo que quisiera. Además, mi hermana jugó un rol importante en reforzar con ella que no había cambiado el amor y la expectativa. Hoy estamos muy bien.
